domingo, 13 de noviembre de 2011

Sombras de la noche

Muy buenas noches, en esta ocasión compartiré una hermosa canción de Bob Dylan, pero que también fué grabada por la cantautora británica Adele, dicha versión aparece en su álbum titulado 19

Make you feel my love - Adele

When the rain is blowing in your face
And the whole world is on your case
I would offer you a warm embrace
To make you feel my love
When the evening shadows and the stars appear
And there is no one to dry your tears
I could hold you for a million years
To make you feel my love

I know you haven't made your mind up yet
But I would never do you wrong
I've known it from the moment that we met
There's no doubt in my mind where you belong

I'd go hungry, I'd go black and blue
I'd go crawling down the avenue
There ain't nothing that I wouldn't do
To make you feel my love

The storms are raging on a rolling sea
And down the highway of regret
The winds of change are blowing wild and free
But you ain't seen nothin' like me yet

There ain't nothin' that I wouldn't do
Go to the ends of the earth for you
Make you happy make your dreams come true
To make you feel my love


domingo, 16 de octubre de 2011

Sueño o realidad? (Génesis)

Esa noche, la recuerdas?
El cielo estaba cubierto suavemente de nubes grises, la sala de espera estaba parcialmente llena, pero aún al ser mas de medianoche habían muchas personas caminando, yo también lo hacia iba de un lado a otro, no con impaciencia sino con esa emoción incontenible que solo sentía en la oscuridad de mi habitación en aquellas noches que tanto había disfrutado con nuestras conversaciones clandestinas.

No recuerdo haber vivido antes una situación en la que me haya sentido mas feliz como el tener la certeza que estaríamos frente a frente, tal vez fue el conocer nuevas sensaciones, aquellas solo al escuchar tu voz al otro lado de mi teléfono aquella hermosa voz que me decía que estaría pronto allí a mi lado.
Aún cierro mis ojos y visualizo con total claridad aquella primera vez que te vi, estabas tan hermoso, dudé que fueses tu, recuerdo tu seriedad al saludarme, no lo podía creer, mucho menos sentir ese delicioso cálido abrazo que tú me obsequiaste.

Lo maravilloso de poder tocar tus manos, evadir tu mirada y al mismo tiempo lograr perderme en tus ojos,  no sólo aún lo siento igual que aquella primera vez. Si no que cuando sé que te veré o escucho tu voz al otro lado de mi celular, siento cómo mi corazón acelera y el recuerdo de tu hermosa sonrisa roba miles de suspiros. 


Cualquier otro lector tal vez pensará que esta no es mas que otra historia, pero esta que hoy nuevamente he recordado y he escrito es la historia de la primera vez que mi corazón saltó de emoción al verte, porque mi alma en ti reconoció a su igual.



viernes, 10 de junio de 2011

Instantes



He decidido volver a escribir otra entrada en mi amado blog, sé que ha pasado ya mucho tiempo desde la última vez. Así que en esta ocasión compartiré algo que escribí el día 1 de Mayo del 2011.

Hermoso amanecer, lejos de toda duda
mientras afuera la lluvia cae incesante

Existir,
experimentar la esencia de la vida
en cada sonrisa, sensación y palabras
que me obsequiaste.

Respirar,
disfrutar de éste sentimiento creciente
en la suma de cada instante
que anhelo volver a verte.

viernes, 7 de enero de 2011

Crepuscular

Aún recuerdo aquella gélida sensación cuando aquel día caminando sin rumbo en mitad de la noche, sentía despertar lentamente aún mientras la ciudad con su ruido característico parecía orquestar los sentimientos que me invadían...

Tomé mi teléfono celular, lo apagué, no deseaba hablar con nadie, no en ese momento cuando el dolor llenaba cada fibra de mi ser. Amanecería pronto, sólo en unas horas, mi vida como era hasta ese día, cambiaría radicalmente.

El tiempo parecía no estar a mi favor, parecía transcurrir cada vez mas lento aunque yo era la que sentía morir rápidamente y el retumbar de mi corazón que marcaba el tiempo que poco a poco terminaba para ambos: una sinfonía mortal que en mi interior apagaba toda sensibilidad.

Me encontraba tan abstraída en mis cavilaciones que no percibí tus pasos tras de mí, así que cuando tomaste mi mano no pude evitar asustarme, no creí que estarías allí a mi lado, y cuando escuché tu voz pensé que eras producto de mi imaginación.
Poco a poco, cuando los primeros rayos de sol comenzaban a iluminar levemente los árboles, en ese momento supe que sería la última vez que compartiría ese momento contigo, un instante sin palabras, sin sonrisas, ni muestras de afecto, sólo tu y yo percibiendo en cada elemento a nuestro alrededor las huellas indelebles de lo que compartimos al rayar el alba.