Despertar de un espejismo, caminar sin rumbo, recordar la melancolía sentida al saber que el sueño se volvió pesadilla. ¿Cuantas veces hemos sentido eso?
Aún siento el frío después de la tarde lluviosa, aquel frío que hoy llena cada fibra de mi ser. Temo tanto despertar mañana y encontrarme en mi cama con un corazón congelado en mi mano derecha, mientras éste se derrite de la misma forma como la fantasía al final desapareció completamente en medio de la nada.
Ahora que despierto y veo los vestigios de lo que fué lo único que siento es cómo la oscuridad abraza suavemente mi alma.
P.S. Ésto lo escribí hace tiempo, no había podido publicarlo, así que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
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